21.6.11

Llega un momento, en que la locura la llevas en el bolsillo, y hasta la arrastrás colgada del cuello, y en las orejas, y vas caminando a su ritmo, pero estás tan inundada en ella, que te permite pensar otra vez. Y mejor ir arrastrando mi locura que la locura me arrastre a mí... 


Ampliaremos.

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