19.12.11

grito de cuarenta cuadras caminando


La euforia es un aluvión inminente
(lo naranja es lo que cuenta.)
  El aluvión se forma siempre en el mismo lugar, sin embargo es imposible prevenirlo. Se produce por la acumulación de tierra, arena, roca y limo en zonas elevadas. Los elementos se depositan poco a poco,  durante largas épocas de buen tiempo. Pero cuando tarde o temprano sobreviene una fuerte lluvia, justo en la cima de la montaña se origina el aluvión, un río de barro que se lleva todo por delante y arrasa con casas, autos, plantas, árboles, animales, destruyendo todo lo que encuentra a su paso.
  Así se comporta la euforia. Es un momento de entusiasmo, de alegría. Tal vez se parece a la felicidad. Pero ignora las piedras que se van acumulando mientras la exaltación aumenta cada vez más, y cuando estamos en el punto máximo, se desmorona ante la primera gota de lluvia, y en el derrumbe arrastra todo lo bueno que hay a su paso.
  El aluvión es reincidente: La erosión que produce da lugar a que los sedimentos se vuelvan a acumular, así como el vacío de la depresión nos vuelve a hacer buscar un estado eufórico. Y nada se puede hacer para frenar la avalancha, su fuerza es arrolladora y su avance irremediable. Lo mismo sucede con el bajón después de la euforia, es inevitable, porque si llegamos a notar que se aproxima la lluvia, ya es demasiado tarde.
  El aluvión es la idea perfecta, incuestionable, el plan maestro sin margen de error, la certeza de que el próximo paso es el que va a llevarte a algún lado. Es la canción que resuena en tu cabeza desenfrenada y acalla las voces de la conciencia que te dicen tené cuidado. Es negarte a dormir y a quedarte quieto porque la mañana amenaza de muerte esa promesa de paraíso. El instante exacto antes de la tragedia es aquél en el cual te vence el último impulso del cuerpo y te abandonás un segundo a la calma. Y el descanso del cuerpo, que se limpia de la fuerza que lo arrastró al éxtasis, es invadido por el silencio de la mente, que da lugar a que la última de las voces que se acumularon en el inconsciente comience a murmurar … Y las palabras temidas se repiten y repiten hasta bajar por la garganta y llegar al estómago, donde la angustia nace, explota y se expande trepando por cada uno de tus nervios, enroscándote hasta la punta de los dedos y hasta la mente también. Y la mente apresada se abandona al arrastre de la corriente hasta los horizontes cercanos, llorando entre la angustia de la certeza de que todo se derrumba, y el dolor de las raíces que aún se prenden a los restos de la cima de la montaña, tironeadas de un lado y del otro y terminando siempre en el fondo del río, ahogadas en lágrimas atragantadas. 

(reincidente, pide a gritos que le contesten a cualquier cosa, que le inventen respuestas. ahora quiere espontáneas. hola?)

2 comentarios:

  1. "Es la canción que resuena en tu cabeza desenfrenada y acalla las voces de la conciencia que te dicen tené cuidado. Es negarte a dormir y a quedarte quieto porque la mañana amenaza de muerte esa promesa de paraíso."
    Amé esa frase ! Me recuerda a una canción que dice "hey moon! please forget to fall down, hey moon!don't you fall down" . Tantas veces me he sentido así... supongo que es parte de lo lindo de la vida

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  2. Ayyyyyy...
    Ven y dime todas esas cosas,
    invitame a sentarme junto a ti.
    Escucharé todos tus sueños
    en mi oido.

    No dejes que amanezca,
    no dejes que la noche caiga,
    no dejes que el sol salga,
    sólo dejame estar junto a ti


    otra canción, la escuché y me acordé de este comentario.

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