3.9.13

Reivindicación del capricho

Mirá si hubiese democracia en el inconsciente. Si todas las voces que conforman (y peor, que conformaron) mi consciencia, o la tuya, se abrieran a un debate. Mis voces, por lo menos, nunca coexistieron entre sí, aunque todas dejaron marcas, huellas, estilos, cosas que con sigilo se camuflaron en algún lugar más profundo que impregna todos los pensamientos siguientes. Pero distinta es esa convivencia diacrónica, pacífica, de la guerra que se armaría si el tiempo, el capricho y la decepción no las hubiesen ido callando de una. Imaginate a mamá, con la chica popular de la primaria, con el primer ejemplar de la rebeldía sin causa, con la voz de la autoridad intelectual y lingüística, con el sabelotodo del mundo, con el de los cuentos serios, y el de los cuentos bajo efectos dudosos, con el simplemente bueno, la simplemente magnética, y el magnificador de las palabras. Todos en asamblea decidiendo si vas o no vas a hacer ese click. 

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