27.4.14

Canción de las arañas

No sabés. No sabés cuantas cosas puedo pensar mientras no estoy pensando, mientras me abstraigo en una ventana de plástico arruinado o mientras dibujo un pulpo terrorífico que atrapa una cabeza, pero que entre canciones ingenuas se va convirtiendo en la pecera de unos idiotas cualquiera que no se quieren ni escapar. No sabés que de esa pecera entrás y salís y a veces te echo y otras veces te tiro un anzuelo para que vuelvas. Que a la pecera nunca entró más nadie y que hay un caballito de mar que revolotea y se asoma a la puerta. Que todos los caballitos son de troya y que creo que lo sé y también se que todos los pescados se comen a las crías y que incluso esta tonta dueña de casa es una piraña aunque se quiera creer la buena. No sabés que todos los días tengo pesadillas, ni que mis pesadillas tienen los mismos tonos pastel y contornos redondados de esos paisajes ingenuos que dibujo. No sabés que inocente no soy yo, sino  la polilla que está atrapada en las patas de tu cama y que va a ser comida por las arañas. No sabés que la araña también es tonta y que de tanto estar en la pecera se va a ahogar, ni que la piraña ya no tiene hambre pero es piraña, así que no va a hacer otra cosa con la araña... Que matarla, y destruirla, aunque quisiera ponerla en un castillo de arena y mimarla, y criarla, y cuando crezca llevarla a pasear, y mostrarla por todo el océano, arañita de mar. 

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